Los Premios Arturo Kruuse tuvieron su origen en 1989 como una iniciativa gestada por un grupo de periodistas, profesores de educación física y apasionados del deporte en Zapala. Este esfuerzo conjunto surgió con la intención de reunir a los destacados deportistas de la ciudad, en un evento destinado a celebrar sus logros y destacar la importancia del deporte local.

Similar a los renombrados Premios Olimpia, que honran al deporte nacional desde 1954, Zapala adoptó la tradición de reconocer el talento deportivo a través de los Premios Arturo Kruuse a partir de 1989. Esta iniciativa convirtió a Zapala en la primera ciudad de la provincia en realizar una ceremonia de premiación de esta índole.

El nombre Arturo Kruuse no fue elegido al azar; representa los valores fundamentales que todo buen deportista debe poseer: talento, perseverancia, pasión, responsabilidad, honestidad, disciplina y continuidad. Este homenaje lleva el nombre del "Indio Rubio", un destacado piloto que se consagró campeón argentino en 1935. Sin embargo, su legado va más allá de los éxitos deportivos. Fue un vecino respetado, querido y admirado por la comunidad que lo adoptó como referente en el ámbito deportivo, político y social.

Estar nominado, ganar en alguna categoría o recibir el premio principal no es simplemente un reconocimiento; implica formar parte de un selecto grupo que comparte con Don Arturo uno o más de estos valiosos principios.

Las primeras ediciones de estos premios fueron modestas reuniones donde el deporte federado se congregaba para celebrar un año de esfuerzo. Estas celebraciones tuvieron lugar en el Cine Teatro Municipal o en un escenario improvisado, como un acoplado de camión, ubicado en la plena Avenida de San Martín. A medida que avanzó el siglo XXI, las ceremonias evolucionaron hacia cenas y eventos con diversos espectáculos, pero la esencia perdurable siempre fue la celebración del deporte y el reconocimiento a los verdaderos protagonistas, sin importar el escenario o la forma en que se llevará a cabo.